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Zärtlichkeit

Anathema

Anathema

Vinny

¿Y la libertad de expresión?

¿Y la libertad de expresión?

¿Sabíais que hace unos años que dejó de llevar las riendas de España un "señor" llamado Paquito Franco?

Solo

Solo

Porque es mejor ser un "No"
que un "Tal vez".
Porque me enseñaste que de ti
no había nada que aprender.
Porque ya no quedan alfombras
bajo las que esconder mis sueños.
Porque abortar siendo esteril
es más facil.
Porque tú sin mi, yo contigo.

El deseo

El deseo

Este mundo morirá en un segundo,
y todos los ruidos desaparecerán
excepto el sonido de las gotas de agua
y un susurro que dirá:
"El amor es un lugar dulce y delicado.
Me pregunto a veces por qué
todos nuestros deseos más profundos nos conducen allí
aún sabiendo que fallaremos repetidas veces..."

Y fallaremos,
caeremos en noches sin fin,
nos deslizaremos entre mares de lagrimas.
Y soñaremos,
como sueñan justo ahora
las arañas que tejen los árboles.

Jackpot

Jackpot

Tres cerezas – Flirteo por parte de la máquina.
Tres naranjas – Una sonrisa de luces de colores.
Tres sandias – Una erección no esperada.
Tres campanas – El centro de atención de quien está al lado.
Tres diamantes – Olvidas las peleas con tu esposa y la china que le pillaste a tu hijo.
Tres sietes – Tus pantalones se llenan de semen.
Jackpot – Te conviertes en Dios, conduces un deportivo y follas con la mujer más hermosa de la tierra.

Pobres del resto que sólo vemos un puñado de monedas.

Hojas

Hojas

Aquella hoja cayó al suelo,
girando, agonizando...
Al momento le siguió otra
y después una más,
dos, tres, cuatro...
A ese árbol se le antoja desprenderse
de su verde
tan fácil como la vida
se deshace de quienes nos rodean.

Un Euro

Un Euro

La imagen no tiene más remedio
que dejarse caer en el suelo
acompañada por unas pocas monedas.
Lleva una camiseta blanca
vestida a su vez de ceniza y polvo.
Su voz no le sigue,
solo puede hacer unos movimientos con la mano
intentando llamar la atención de la gente
mientras sus ojos cansados y sedientos
intentan alimentarse de los cristales secos
que dejaron caer hasta la barbilla.
Cinco días, dos semanas, un mes...
quizás fuese mejor hacer la cuenta hacia atrás.
Ojalá esa sombra no conociese
el significado de Hambre,
sería lo justo ya que nadie,
nadie de los que pasan rodeándole
parecen conocer el significado de su mirada.

Una vida

Una vida

Una vida,
Infinidad de decisiones incorrectas
divididas entre alguna sorpresa.
Una visión del mundo
fraccionada entre doce mil millones.
Doscientas cincuenta noches en vela,
las mismas por cinco borracho o colocado.
Dieciocho años estudiando
que equivalen a un trabajo que odias.
Quince transplantes de corazón
para lograr que cien mil millones de agujeros negros
jueguen con tu estomago.
Diez mil sonrisas
restadas a veinte litros de lagrimas derramadas.
Setenta y seis años
que acaban en la misma incógnita...

Miles de frustraciones más una centena de engaños
más un corazón rendido,
que vuelve a crecer y a caer
en cuarenta y cuatro ocasiones,
menos cien ilusiones
partido entre (un amor más mil cien dosis de felicidad)
por una muerte más que segura.
Una vida.

Miedo

Miedo

Hasta que el espejo de la muerte refleje
el significado de nuestras vidas
vagamos sin objetivos e hipnotizados
mientras el miedo empieza a levantarse .

Pienso

Pienso

Me miro los ojos con olor a tabaco,
En el sueño la casa me abandona,
Solo, con una bicicleta sin cadena
Por compañera.
Observo a los viejos,
Reptiles en sus bancos de piedra
Del parque.
Me pregunto si a sus pupilas
Les dejaron una bicicleta...
Una burra...
Una polla sin cadena...

La enfermedad

La enfermedad

El hombre entró en su casa, se sentó en su sofá, encendió la radio y se puso a llorar, ni siquiera él sabe si lloraba por compasión o por ver que hay cosas que se escapan a su poder.

3 cuartos de hora antes.

- Por fin te encontré... –dijo la mujer.
- Se que me estabas buscando, te escuchaba a cada momento, pero he de decirte algo...
- Dime, ¿que es?, dime que vas a ayudarme, por favor....
- No, no puede ser así... lo siento.
- ¿Qué? No puedes hablar en serio, se que tu puedes ayudarme, pon el precio que quieras, no dudaré en pagarte.
- Lo siento de veras mujer, en esto no puedo ayudarte
- ¿Como que no? No bromees por favor, tú puedes, todo el mundo lo dice.
- Mujer, solo he venido aquí para decirte que no pierdas más el tiempo viviendo en la esperanza, en esto yo no tengo la palabra... Adiós.
- Hijo de puta, se que puedes ayudarme, mierda... no te vayas, espera, por favor, ayúdame... ¡cabrón, yo creía en ti!
– esbozó la mujer mientras el hombre se alejaba lo suficiente para no oírla.

5 días antes.

- Mamá, ¿hoy también te vas? – le preguntó la niña.
- Si mi vida, voy a ver a un amigo, vendré para la cena, ¿ok?.
- ¿Y me vas a traer un regalo esta vez?
– dijo la niña con una sonrisa picarona de 8 años.
- Claro que sí mi vida, sabes que siempre que sonrías tendrás uno.
La mujer se marchó rondando la ciudad como un policía buscando una puta con quien pagarla. Otro día haciendo lo mismo, buscando la esperanza que le apagara aquel mal que la corroía. A la noche volvió a casa, solo con un regalo para su hija. Siguió andando día trás día, sin dejar de observar a la gente que se encontraba.

3 días antes.

- Siéntese por favor. – le pidió el doctor, a lo que ella accedió
- Dígame, tiene ya los resultados de los análisis ¿verdad?. Que tonta, sino no me hubiesen llamado. – le dijo dejando entrever el nerviosismo que le roía.
- Así es...
- ... ¿Y? No me haga esperar por favor.
- ¿En su familia ha habido algún caso de cáncer que usted recuerde?
- No, que yo sepa no... pero, ¿eso a que viene? No me asuste eh.
– fingió bromear la mujer.
- Iré al grano, siento decirle esto pero.. los análisis muestran que padece lo que se denomina astrocitoma cerebeloso.
- Hábleme en cristiano y deje de asustarme doctor.
– no le hizo falta fingir el miedo esta vez.
- Pues verá, tiene un tumor cerebral...
- Pero, eso tiene cura ¿verdad?
– dijo la mujer interrumpiéndole.
- Verá... el tumor está en un estado muy avanzado, dudamos que incluso la cirugía sirviese de algo...
- ¡No!, no puede hablar en serio, un tumor, por el amor de Dios, eso es solo para viejos, no puede ser... además, en todo caso, hoy en día eso tiene cura, seguro, lo que pasa es que en este hospital solo hay inútiles con batas blancas...
- Señora, lo más aconsejable es que la ingresemos en el hospital.
- ¿Para qué?, ¿no dice que eso no tiene cura?, ¿qué demonios quiere entonces?, ¿acaso quiere joderme aún más?
- No podremos salvarle la vida, pero entiéndalo, podemos hacer que tenga mejor calidad de vida y quizás darle algo más de tiempo...
- ¿Tiempo para que?, ¿tiempo para estar enganchada a maquinas con tubos por la boca?. ¡Ni hablar!.
- Señora, entre en razón...
- Y una mierda que entre en razón mamón. Ustedes lo único que saben es engordar con desayunos interminables que pagamos lo demás y después ni siquiera podéis ayudarnos
– dijo levantándose de la silla - ¡malditos hijos de puta, ojalá os muráis todos!
La mujer salió del despacho del doctor como si la misma vida se le fuese en ello, llorando, dejando atrás al doctor, al que le acababa de escupir en la cara. Maldijo todo lo que se acordó de maldecir y partió a recoger a su hija al colegio.

2 horas y cuarto antes

Suena el teléfono. Ella sale corriendo de su cuarto y se dispone a descolgarlo.
- ¿Quién es? – dijo con la señal de las sabanas en el rostro.
- Hola, le llamamos desde el hospital.
- Ya era hora... y bien, ¿que dicen los resultados de los análisis?
- Le llamábamos porque el doctor quiere concretar con usted una cita para hablar personalmente acerca de los resultados de los análisis efectuados a su hija...

¿Vida?

¿Vida?

Hombres ardiendo,
el olor a carne yace en el aire.
Un niño fallece,
el sol sigue brillando.
Oleadas de llamas,
sangre coagulada en el asfalto.
Madres gritando,
la televisión en directo.
Una fosa,
ningún escape.
Ningún pájaro cantará más.

La mano

La mano

Aquella mañana el hombre recibió un paquete en su domicilio. Se lo llevó a su estudio y se dispuso a abrirlo. En el paquete encontró una mano amputada, aún se percibía cierto calor en ella. El hombre la miró detalladamente, siempre fuiste débil -le dijo- y la tiró a la basura sin darle más importancia.

El naufragio les pilló por sorpresa a todos, el barco se dejaba devorar por el profundo azul sin apenas dar tiempo a reaccionar. Dos jóvenes consiguieron hacerse con un bote de salvamento, sin demora lo tiraron al agua y ellos tras él poniéndose a salvo. ¿A salvo de qué? No había nada excepto agua en millas. Se turnaban para remar, 120 minutos cada uno durante 16 horas al día sin rumbo. Bebían el agua marina que depositaban en un recipiente metálico que dejaban al sol para que ésta se evaporase y se adhiriese a un plástico puesto en la boca del recipiente, perdiendo así el agua su sal, pocas gotas al día podían lamer. A los 6 días la hambruna era insoportable, no les quedaban fuerzas para remar, ni esperanza en llegar a tierra, tenían que hacer algo para regatearle más tiempo a la muerte y poder tener alguna posibilidad.
No tenemos comida y yo ya no puedo más, dijo uno de ellos.
- No podemos rendirnos, me niego a morir de esta manera, esta no va a ser mi muerte. –replicó el otro, aún más desesperado.
- ¿Pero que demonios quieres que hagamos? No hay salvación, mira a tu alrededor, ni un puto pez en todos estos días. Moriremos, y cuanto antes mejor.
- ¡No digas eso! ¿Es comida lo que necesitas? ¡Yo se donde conseguir comida para aguantar más tiempo! –gritó la misma hambre.
- ¿Sí?, ¿De donde necio? ¡No tenemos nada!
- ¡Dame tu navaja!
- ¿Para qué?, ¿Qué demonios vas a hacer?
–preguntó con el miedo en sus palabras.
- Damela a no ser que quieras morir y créeme hermanito, no quiero que eso ocurra.
El joven, ya con la navaja en su poder se giró dándole la espalda a su hermano, se levantó la manga de la camisa y comenzó a seccionarse su mano izquierda casi sin emitir sonido alguno desde su garganta debido a la falta de fuerzas y al mareo anestesico.
La mano golpeó el suelo del bote haciendo que el hermano del ahora manco se desmayase ante tal escena. Al despertar, su ahora más que nunca hermano le abrió levemente la boca y le fue dando de comer pequeños pedazos de carne, la suficiente para coger fuerzas y aguantar dos días más hasta desmayarse, primero él, y luego su hermano a causa del derrame de sangre.
Pasó tiempo hasta que el joven caníbal sintió el frío del agua en los pies y unas palmadas en la cara. Habían llegado a una playa y les habían encontrado, estaban salvados. Después de ingerir una ligera comida proporcionada por los que vivían cerca de aquella playa el chaval se acercó a su hermano para agradecerle eternamente lo que había echo.
- Dime hermano, mi salvador, ¿Que puedo hacer para compensarte por lo que has hecho por mí?, ¿Qué puedo hacer para pagar tu pérdida? Pide lo que sea.
- No pienses ahora en eso, quizás, dentro de un tiempo...

Su Mano

Su Mano

Date un paseo hasta la periferia de la ciudad y cruza por las vías del tren,
donde los secretos duermen en los fuegos del borde, en los hilos eléctricos que zumban.
Oye tío, sabes que nunca regresarás más allá de la plaza, más allá del puente. Bajo la tormenta que te está mojando llega un hombre atractivo, alto, con un polvoriento abrigo negro, con una sola mano.
Él te envolverá en sus brazos, te dirá que has sido un chico bueno, él reencenderá todos los sueños que te ha llevado una vida destruir, él llegará muy dentro de la herida y curará tu alma que menguaba cada vez más.
Él es un dios, susurran su nombre a lo largo de esta tierra. Pero escondida en su abrigo hay una sola mano.
¿No tienes dinero? Él te conseguirá algo.
¿No tienes coche? Él te proporcionará uno.
¿Tu no tienes autoestima, te sientes como un insecto? Bueno, no te preocupes amigo porque aquí llega él cruzando el barrio y el asentamiento de chabolas. Una sombra se proyecta donde él permanece de pie, pilas de papel verde en su mano.
Lo verás en tus pesadillas, lo verás en tus sueños. Aparecerá saliendo de ninguna parte
pero él no es lo que parece.
Lo verás en tu cabeza, en la luz apagada de tu habitación, en la pantalla de la tele y, oye, amigo, quiero advertirte que la apagues.
Tú solo eres una pulga insignificante en su plan catastrófico
diseñado y dirigido por su única mano.

El chico y el manco

El chico y el manco

-No tiene sentido seguir juntos, yo ya no siento lo mismo que antes –dijo ella con la mirada seca.
Él no medió palabra, se levantó del banco y se fue a casa. En su habitación desnudó sus ojos de lagrimas y se masturbó recordando la imagen de cada “te quiero”, “te deseo”, de cada “cuidaré siempre de ti”, de todos los “eres lo mejor que me ha pasado nunca” hasta que ya no quedaron lagrimas que derramar.
Pasados unos días decidió salir. Aquí encerrado y llorando no voy a solucionar nada, pensó. Anduvo un día tras otro por la periferia de la ciudad. Allí, bajo una farola que emitía su luz en fotogramas aleatorios se encontró con un hombre elegante, atractivo. El chico sabía de quien se trataba, había oído hablar de él. El hombre sacó su mano del bolsillo haciéndole un gesto al chico, acércate, le dijo con una cálida sonrisa. El joven sin dudarlo se le acercó, sabía que si hablaba con aquel manco todo podría cambiar.
-Yo puedo ayudarte chico.
-¿Ayudarme con qué?
-Ayudarte a olvidarla.
-¿A cambio de qué? –preguntó el chico dibujando la duda en su mirada.
-Tú solo haz lo que te diga y todo irá bien, confía en mí. –contestó el hombre.
Y así fue. El joven disfrutó de los favores de las mejores putas, conoció a aquel músico que tocaba en el antro que frecuentaba y al que admiraba, drogas y dinero nunca le faltaban, por lo tanto, amigos tampoco. Se creía feliz, que coño, era la mierda más feliz del planeta.
Una noche, se encontró al manco esperándole en la puerta de su casa. ¿Qué tal estás? Le preguntó el hombre.
-Estoy mejor que nunca, soy plenamente feliz. –le respondió el chico.
-Entonces ahora te toca cumplir tu parte del trato, ¿no es así?
-Sí, dime que puedo hacer yo para ayudarte.
El hombre metió la mano en el bolsillo de la gabardina y sacó una vieja Mágnum 44 ofreciéndosela al chico.
-¿Quieres que mate a alguien? No hay problema, lo haré, se como hacerlo. –dijo el chaval.
-No es un cualquiera a quien tienes que matar... –respondió el hombre.
-Da igual quien sea, dime quien y no dudaré.
-Verás chico, tienes que volarte la cabeza.
-No puedes hablar en serio. –replicó el chico con el almuerzo de vuelta a la garganta.
-Si no lo haces, todo volverá a ser como era justo antes de nuestra primera conversación.
-No puede ser como antes, ahora tengo amigos, mujeres, dinero, todo lo que necesito y se como mantenerlo -soltó el chico con una sonrisa burlona-, además, ya he olvidado a quien me dejó inyectándome aquel mal que me devoraba.
-No es de día por no ser de noche chico, si dices que la has olvidado es porque aún la tienes en el corazón, sino, no sabrías qué tenías que olvidar.
El chaval ante esas palabras se quedó aterrorizado, el hombre tenía razón. Y sin decir nada se metió en casa, cerró la puerta y se quedó tras ella hasta que vio por la mirilla al hombre marcharse. Subió a su habitación y se hizo un ovillo en la cama mientras dejaba que las palabras de aquel hombre le taladrasen una y otra vez. Pasó un día tras otro y allí se encontraba el chico, masturbándose, con escamas cristalinas en los ojos, maldiciéndose por no haber cumplido el trato que le propuso el hombre de una sola mano.

Pensamientos de mostrador

Pensamientos de mostrador

Te observo, incluso crees tener cierto poder por llevar uniforme. Sé en lo que estás pensando, créeme, lo sé. Piensas que ella es subnormal por haberte dado largas, a ti, todo un galán enseñando tu polla, por llamarla de alguna manera, por la web-cam. Piensas que para qué coño acabar una carrera sabiendo que alguien como tú no puede ni siquiera aspirar a llevar una vida mediocre. No te asustes porque acierte chico. Durante un instante has pensado en la paja que hace hora y media te has proporcionado en el servicio pensando en las tetas de Nuria Bermúdez, penoso. Piensas que por qué cojones Alberto es al que los colegas del barrio admiran y no a ti, el héroe que se bebió botella y cuarto de wisky antes de llamar a la ambulancia. No, no pienses en ver esta noche la película de Van Damme, hoy vas a llegar tarde para eso...
En fin, ahora toca decir lo que pienso yo, ¿no?
-Mmm si, quiero una Big Mac y una Coca-Cola grande por favor.

Los Sueños

Los Sueños

Y lejanos volaron los sueños,
abrazados a la razón del deseo
como pequeños peces bailando
entre las redes del tiempo.
Y al finalizar la noche,
se miraron dibujando lujuria perenne
en el cálido abrazo de unas sabanas
manchadas por el flujo de la insensatez.
Y volaron y volaron y volaron...

En un mundo sín sol...

En un mundo sín sol...

... dandome calor.

Te encontré

Te encontré

Y te veo, y te toco, y te siento...

Recuerdo

Recuerdo

Recuerdo caminar, de un lado de la ciudad al otro, solamente una noche de enero o febrero. Estaba dentro de una vieja película de alguna otra tierra. Duró mil horas.
Solamente las luces de las farolas y la rejilla de la alcantarilla.
Recuerdo algunos árboles que estaban parados, negros y desnudos, huecos de pisadas en la nieve con los terrones escasos del hielo, golpeado por el viento.
Y en las escaleras, antes de que me fuera, una de las muchachas asombrosamente me había dado un beso, tanto más frío cuanto más largo fue el después...