Blogia

Donde da la vuelta el aire

De nuevo

Nunca se nos olvidó caminar

por la senda que un día dibujamos.

Sólo que nos perdimos, un instante, el tiempo

en el que no supimos encontrar nuestras miradas.

Y hoy te pido que me des tu mano,

que me vuelvas a mirar con tus ojos tristes.

Que me quieras como yo hago aunque no te lo diga,

aunque el camino sea largo y aún estemos buscándolo.

Más de lo que nunca quise

Más de lo que nunca quise

No desesperes si la marea aún está alta,

o si por la noche hay ruidos que te despiertan.

No temas si escuchas mi corazón latir despacio

porque te quiero más que nunca y más de lo que nunca quise.

 

Y si ves que no estoy en tu cama,

y no notas mi abrazo y no sientes mi calor,

no pienses que me he ido, que no estoy,

porque te quiero más que nunca y más de lo que nunca quise.

 

No llores si sientes que la vida pasa

y que las noches se alargan y los días siempre se terminan.

Volveremos a reir más pronto que tarde,

porque te quiero más que nunca y más de lo que nunca quise.

Adelante

Adelante

Atrás quedó el camino que no recorrí contigo.

Lejos tántas primaveras y otoños donde no estabas.

Y veranos e inviernos sin descubrir que me esperabas. 

Pero hoy es el tiempo en donde todo es nuevo;

donde tú ya estás conmigo y sólo importa el camino que debemos recorrer.

 Si no entendemos esto será por mi torpeza o la tuya.

O porque no queremos quitarnos de encima la tristeza pasada.

No saber

No saber

Estamos vivos, no hay otra certeza. El mundo gira y tú sigues a mi lado.  Intento saber si tu mirada triste es la misma mirada triste que me enamoró un día de lluvia. Saber que tus gestos, tus palabras no me dicen que estás harta. Me gustaría saber si la vida que ahora tenemos es la que quieres tener. Si cada día, cada noche, son el día y la noche que te gusta vivir conmigo. Y ahora es tarde. Y estoy solo. Y me gustaría estar borracho o dormido. Y no pensar que mañana va amanecer y me volverás a mirar con tus ojos tristes que no sé si dirán que me quieres decir algo y no sabes o no quieres. Y me gustaría que fuera el año que viene o dentro de dos. Que no fuera ahora. Que hayan pasado cosas o que la vida nos haya hecho un regalo.

Pero no contemplar tu mirada y no saber si la luna ya no brilla o el cielo dejó de ser azul para tí.

Duende del Sur

Duende del Sur

Que suerte que te cruzaras por mi camino.
Señales, encuentros, caprichos del destino.
Olvidando lo demás,
aprendiendo a caminar.
Crece en mi interior
hacia un lugar mejor;
ay, duende del sur.

Caminando por la calle yo te vi
y un dia yo me enamoré de ti.

(Chambao, Duende del Sur)

Te miro con los ojos que tú no puedes ver

Te miro con los ojos que tú no puedes ver

Aunque la senda sea larga, y haya piedras,

y haya árboles que nos tratan de impedir el paso.

Aunque la tristeza nos visite de vez en cuando

y el desaliento llame a nuestra puerta, de noche.

Aunque no te haya mirado,

te miro todo el tiempo

con los ojos que tú no puedes ver.

Ese duende que ya no nos abandona

Ese duende que ya no nos abandona

No desaparecerá ese duende que nos visitó un día de otoño. El ser invisible que quiso que tu mirada tropezara con la mía. No se irá porque ha hecho casa en la nuestra. Se ha instalado para no marcharse. Nos acompaña cuando reímos (casi siempre) y también cuando nuestras lágrimas vienen a incordiar (casi nunca). La vida del duende es tan larga como la nuestra, tan alegre como la nuestra, tan triste como pueda ser la nuestra. No se irá, nunca. De eso podemos estar seguros. Porque hemos caminado ya mucho tiempo junto a él y ya no puede abandonarnos porque somos parte de su vida y él de la nuestra.

Diótima

Diótima

Callas y sufres, no te comprenden
¡Oh santo espíritu! Agostándote callas,
¡Pues vanamente entre los bárbaros
buscas al rayo del sol  los tuyos,

las almas grandes, tiernas, que nadie halló!
Mas huye el tiempo. Empero canto mortal verá
el día, ¡oh Diotima! que en pos de los dioses
y en pos de los héroes te nombre su igual.

Holderlin

Ataturk duerme mientras la luna roja ilumina tu corazón triste.

Te echo de menos, tal vez más que otras veces.

Es la sensación de perderte unos días;

como una historia de amor que después de vivida

se interrumpe una noche larga.

Te echo tanto de menos que parece que las horas

son días y los días meses.

Te acabas de ir, allá donde las mezquitas

gritan en un mar de cantos de todos los muecines.

Y aún no he dormido esta noche para poder soñarte.

No sé si dormir cuando tu no duermes

No sé si dormir cuando tu no duermes

Te veo a mi lado sufriendo,

tus ojos que se cierran y se abren, lloras

en silencio y sufres.

Y yo no sé que hacer amor mío.

Y no sé si hago mal callándome.

Y no sé si debo darte un beso o hacerte reir.

Te veo a mi lado, triste.

Y te miro y no sé si acercarme.

Y no sé si dormir cuando tu no duermes.

O estar despierto velando tu tristeza

No dejaré que te caigas

No dejaré que te caigas

Toma mi mano, no te sueltes, camina conmigo.

No dejaré que te caigas, que te alejes.

Ven, yo cuidaré de ti, secaré tus lágrimas. 

El sol saldrá cada día

y cada noche velaré tu sueño,

escucharé como respiras,te taparé para que no tengas frío. 

Ven, acércate, nada podrá contigo, con nosotros,

porque nunca, nadie, ha podido. 

Porque si hemos vencido tantas batallas

y hemos atravesado tantos caminos,

entre la amargura y la soledad,

entre  el odio y la tristeza, 

también podremos vencer en esta batalla,

donde el enemigo no se ve, o tal vez sea

esa sombra negra que se empeña en hacernos llorar.

No hay

No hay

 

No hay otro pozo donde ahogarse que el abismo de tus labios,

ni otros brazos donde naufragar, sin vientos de poniente,

que los que me regalas cada noche.

No existen ojos, ni bocas, ni lenguas, ni manos

mas que los tuyos,

cuando me miras, me besas o me acaricias.

Y no querré morir sino a tu lado,

cuando una noche sin luna

la dama de negro venga a buscarme.

Llegas

Llegas

A lo lejos veo tu sonrisa aproximarse. Tus ojos siquen siendo tristes pero tú ya no lo estás. Te acercas despacio, sabiendo que te espero al otro lado de la terminal. Has estado todo el día vagando por el aeropuerto, aburrida y enfadada porque no te han querido cambiar el billete.

Llegas cansada pero feliz. Te has comprado medio Madrid y el otro medio lo has dejado para cuando vayamos juntos.

Ahora nos esperan días felices. Pronto, en poco más de un mes estaremos al otro lado del Atlántico. Y antes, los dos, cumpliremos un año más.

Y aún juntos, hasta el cielo.

 

Lo banal nos llevó a la tristeza

Lo banal nos llevó a la tristeza

Esta noche me han llegado las lágrimas de nuevo. Tonterías que no debían pasar. Cosas que se dicen sin querer, palabras que llegan a la boca y no se cierra a tiempo. Nada es más importante que nosotros. Nada. Y las pequeñas y estúpidas cosas que intentan meterse en nuestra vida serán solamente eso: Lo banal que no debió llevarnos a la tristeza.

...de aquel tren en marcha

...de aquel tren en marcha

Me encontraste

cerca de la estación donde me bajé

de aquel tren en marcha.

Iba desnudo y casi no podía caminar.

El sol del crepúsculo cegaba mis ojos.

Me diste un abrazo, secaste mis lágrimas.

Y a lo lejos vi partir el tren

del que había huido sin nada más que yo mismo,

escapando de la tristeza

o del odio que ya se había apoderado de mi vida.

Hazme un lugarcito

Hazme un lugarcito

Cuando dejas tus zapatos
pegaditos a los míos, no sé bien,
no entiendo bien si estoy
construyéndote un futuro
o curándome un pasado
pero sé que este cuento no acabó.

Sólo despierta, o hazme un lugarcito
para soñar y olvidemos el reloj.

(Despierta, Alejandro Filio)

Nada ni nadie

Nada ni nadie

Las historias, hermosas o tristes, grandes o pequeñas, largas o breves, quedaron atrás. Nada ni nadie podrá perturbar nuestro sueño. Ningún fantasma podrá provocar sino el recuerdo que se queda en el rincón de nuestra memoria.

Esperaba hoy tu mirada y tu risa y después de unas palabras sin otro rumbo que el desván del recuerdo, me encontré de nuevo con tus lágrimas.

No puedo evitar tener pasado. No puedo impedir que éste irrumpa de tarde en tarde por el jardín de mi vida para decirme hola y adiós.

Pero nosotros caminamos juntos. Y ningún espíritu burlón o festivo podrá detenernos.

 

Te busco a mi lado

Te busco a mi lado

Te llamo en la noche, cuando

la soledad de mi cama me desvela.

Te busco a mi lado y no veo tu rostro,

ni siento el latido tranquilo de tu corazón,

ni tu respiración sosegada, ni el olor de tu pelo. 

Te lloro cuando despierto y veo que te has marchado,

aunque pronto volverás.

Y mientras tanto, me queda tu último abrazo,

tu mirada, tu adiós fugaz, tu despedida breve. 

Allá, al otro lado de Europa, cerca ya de Africa

sé que piensas en mí,

como yo hago ahora, siempre, hasta el cielo.

Paz de Santiago

Paz de Santiago

Bebo tus ojos
beso tus labios
te respiro


Beso tus ojos
bebo tus labios
te rehablo


Paz peregrina
de Santiago
Ave de paso


Canto que vuela
Bebo tus ojos
En el ocaso

Luna viajera
Ave de paso
Canto que vuela
Bebo tus ojos
En el ocaso


Loca ternura
Beso tus labios
Bebo tus ojos
Paz de Santiago

(Luis Pastor)

Ese sueño

Ese sueño

Ese sueño que a tí también te persigue,

el cuerpo pequeño llegando sin ruido

a la vida que aún ignora.

El rostro redondo que anidará en tí un día.

Las manos minúsculas, los dedos fugaces,

la boca sin forma que se reirá del mundo.

Y sus ojos de asombro, y su nariz sin hacer,

y su respiración tranquila,

ese sueño, que ya llega.